Esta novela (publicada en 1928) sigue la historia de Orlando, un joven noble que vive en la Inglaterra del siglo XVI y sueña con ser poeta. Hasta ahí pareciera no haber nada especial, pero acá está el gran giro de Woolf: un día, así de la nada y sin previo aviso, Orlando comienza a cambiar de género y se transforma en mujer. Como si eso no fuera suficiente, tampoco parece envejecer, pasan los años, las décadas y su belleza y juventud se mantienen intactas. Lo que sí cambia es su experiencia: Orlando vive el amor, la literatura, la política y la moda a través de diferentes períodos históricos y en distintos lugares, siempre haciéndole frente a las expectativas sociales y de género de la época que se encuentra transitando.
Esta obra de Woolf es un clásico de la literatura moderna, aclamada tanto por su estilo único (la pluma adopta una forma más de estilo biográfico) como por su temática vanguardista y disruptiva. Es que Woolf no se queda en la descripción de eventos sino que ahonda en las profundidades de la identidad de género, pensando y re pensando la forma en la que la sociedad moldea y limita la expresión de la misma a lo largo de la historia.
A pesar de que Orlando ha sido tradicionalmente considerada una novela “para mujeres”, la realidad es que los hombres también pueden encontrar valor (y mucho) en esta lectura. Primero que nada, la obra ofrece una mirada única sobre la experiencia masculina y femenina y cómo éstas han cambiado con el tiempo, invitando así a que cada uno cuestione su propia idea de género.
Por otro lado, la obra explora a la literatura y el rol que ésta tiene en la formación de la identidad (individual y colectiva) y la cultura: Woolf incluye referencias a una amplia variedad de autores y obras literarias para ahondar en las profundidades de temas como la creatividad, el amor, la amistad, la pasión, el desarraigo, el deber y su gran contraparte, el deseo.