Todos los meses en Mesa y Cerveza recomendamos lecturas y este mes creo que se merece un espacio esta joya de la literatura. Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, un libro de fantasía que toca temas muy profundos y que siempre vale la pena volver a él.
Con más de 100 millones de copias vendidas y 97 traducciones, Alicia en el país de las maravillas (originalmente titulada Alice’s Adventures in Wonderland) se ubica como uno de los libros más populares de todos los tiempos. Esta novela fue publicada el 24 de mayo de 1865 por la casa editorial Macmillan, en Nueva York, aunque Lewis Carroll, el autor, pretendía hacerlo en su natal Inglaterra; lo ocurrido fue que el primer tiraje tenía un defecto de impresión que no le pareció aceptable a John Tenniel, el ilustrador.
Ese tiraje fue enviado a América y, a tal distancia de los lagos y jardines de Oxford, Carroll tuvo sus primeros lectores. Algunos meses después, las peripecias de Alicia, la pequeña que persigue al conejo blanco y cae por la madriguera, ya se esparcían entre los ingleses, después de hacer los arreglos correspondientes a las ilustraciones, alcanzando el gusto de jóvenes y adultos. Se sabe que Oscar Wilde y la reina Victoria eran lectores de esta obra.
A diferencia de los tradicionales relatos victorianos, cargados de moralejas y enseñanzas, el libro de Carroll no tiene una intención moralizante; el autor simplemente expone sus ideas jugando con las palabras, los sentidos y la lógica, explotando la capacidad de asombro e ingenuidad propia de los infantes.
El relato comienza con una escena de Alicia y su hermana en el bosque. Alicia es una niña muy inquieta y curiosa, por lo que, tras avistar a un conejo blanco con reloj, decide seguirlo hasta su madriguera, misma que resulta ser el acceso a un mundo extraordinario. En ese “país de las maravillas”, Alicia conoce a personajes memorables, como el gato de Cheshire, el Sombrerero loco o a la Reina de corazones. Durante esta aventura, Alicia se enfrentará a situaciones que pondrán en duda sus conocimientos y su lógica.
Al día de hoy, la historia de Alicia en el país de las maravillas ha sido llevada a: cine, teatro, ópera, ballet, comics, animación; y es considerada uno de los mejores ejemplos del sinsentido literario: género que apela al uso incorrecto del lenguaje, a modo de juego, que provoca el doble sentido, la broma, el humor. La trama de Carroll se desarrolla sobre todo mediante el juego de la lógica; invierte o invalida argumentos usuales, de manera formal, y así se conduce por un mundo donde las liebres toman el té y los veredictos preceden el juicio.
El recomendado del Mes, esperamos le guste!
Vía: Aion