Florencia Montes, una chef platense, hace unos años abrió un restaurante en Niza, Francia. A pesar de ser reciente su lanzamiento, Onice, como decidió nombrar el lugar en referencia a la piedra ónix, ya obtuvo el máximo reconocimiento gastronómico: la estrella Michelin. De hecho, ya aparece en la guía de 2024 de la revista culinaria en el país europeo.
Montes es propietaria del lugar junto a su pareja Lorenzo Ragni. Ambos decidieron apostar por Onice luego de haber trabajado durante diez años en Mirazur con el chef Mauro Colagrego, quien también es oriundo de La Plata y tiene un establecimiento que fue reconocido con tres estrellas Michelin. Hoy en día, el restaurante es un éxito entre los habitantes de la ciudad.
La comida en Onice
El apartado que les permitió obtener la distinción es la calidad de su propuesta gastronómica. A diferencia de otros lugares, no ofrecen una carta fija, sino que está compuesta por recetas de cinco o siete pasos en la que todos los platos son elaborados con objetos producidos en la zona. Generalmente, el precio por persona oscila entre los 90 y los 120 euros. En la actualidad, Onice cuenta con diez personas trabajando en las inmediaciones.
La selección de los productos que se utilizan sigue un proceso especial en el que no se utilizan químicos en su elaboración. Por ejemplo, como explicó la propietaria, la harina con la que cocinan es importada desde un molino orgánico. Esto se aplica a cada uno de los alimentos que integran los platos, lo que inevitablemente eleva los costos. De todas maneras, su agregado esencial reside en lo que hacen Montes y Ragni una vez tienen todos los elementos que necesitan.
La historia de Onice
En declaraciones para el medio televisivo TN, la dueña explicó todo lo que debieron realizar para poder abrir las puertas del local: “Fue un poco difícil al principio porque hay mucha burocracia, contabilidad, leyes, y, al final, nosotros somos dos cocineros. Aprendimos mucho sobre la marcha, fueron meses de aprendizajes y hoy podemos decir que salió bien”.
Además, contó la sorpresa que les produjo haber recibido este premio porque no suele ocurrir con restaurantes que abrieron hace tan poco tiempo. Por otra parte, reveló que cuando les entregaron la distinción, ambos se sintieron maravillados de estar delante de muchos chefs que siempre admiraron y que ahora estaban a la espera de que ellos hablaran.
Una vez que obtuvieron la estrella Michelin, la popularidad del lugar aumentó considerablemente. Muchos comensales apostaron por el lugar recomendado en la guía. Finalmente, Montes destacó la emoción que le produjo recibir mensajes de sus seres queridos de La Plata: “Fue todo muy lindo, es mi ciudad, mi lugar. Pueden pasar los años y los lugares, uno va formando nuevas relaciones, pero hay cosas que no se cambian”.
