La francesinha no es un clásico sándwich, es uno de los platos más emblemáticos de Portugal que se caracteriza por ser una comida abundante que varía según el área del país en el que se prepara. Como sucede con tantas recetas, el secreto de su sabor está en la salsa que lo acompaña.
La francesinha está considerada como el plato obligatorio que todos los turistas que visitan Portugal deben preparar, ya que fue catalogado en varias oportunidades como uno de los mejores sándwiches del mundo. Es oriundo de Oporto, la ciudad al norte del país, ya que allí fue creado por un emigrante, que le dió su característico nombre.
Qué es la francesinha
Fue inventado en 1950 por Daniel David Silva, que era un emigrante que retornó de Francia y que lo nombró como francesinha, que significa francesita en español. Esto se debe a que se inspiró en el clásico sándwich de este país europeo: el croque monsieur. Cabe destacar que se compone por pan, jamón y queso.
Sin embargo, la reversión portuguesa no tiene los mismos ingredientes, sino que se puede elaborar de distintas maneras y suele incluir los clásicos productos de este país, como es el caso de la mortadela, el jamón cocido, el filete de vaca, varias capas de queso y hasta lomo de cerdo a la plancha. Algunos también incluyen salchicha.
Una de las cuestiones más importantes de la francesinha es el cuidado que debe mantenerse a la hora de elaborar los panes y al incluir los ingredientes, ya que se puede dañar la estructura, lo que es un problema porque se consume con las manos. Es el equivalente a cuando se rompe una hamburguesa porque su armado fue frágil. Hay que evitar los derrumbes.
Lo esencial detrás de esta comida es la salsa caliente, que se elabora distinto según la región. De todas maneras, sus ingredientes más comunes son el clásico tomate, una dósis de picante y la sorpresa se halla en la inclusión de la cerveza. En cuanto a los acompañamientos, suele ir junto a unas papas fritas y a un huevo frito, que se coloca sobre el pan.
Por qué es popular la francesinha
Cabe destacar que se trata de un plato que se considera como “una bomba” por la cantidad de ingredientes que posee, además de ser una comida que llena el estómago. Esta es una de las razones por las que ganó tantos adeptos en su país y generó que su receta se extienda por varios lugares de América Latina y Europa, en especial en España y en Francia.
Pero además se volvió muy popular porque tiene sabores que suelen gustar, algo que es posible gracias a la combinación de cerdo, pan, queso y salsa de cerveza picante. Quienes visiten Portugal podrán degustarla en Oporto y en Lisboa, las dos ciudades en las que más factible es conseguirlo en la mayoría de los restaurantes. Suele compartirse entre dos personas por su tamaño.